sábado, agosto 27, 2005

El trovador de Orión


Después de célebres artistas como Joan Manuel Serrat, Aute o Joaquín Sabina, España ha parido otro cantautor, que con modos de juglar regala poemas cantados. Ismael Serrano es el nombre de este músico, el mismo que cantará el 3 de setiembre, en el teatro Gran Rex de esta ciudad.
Comprometido con la vida, el cantautor español considera que el planeta vive dominado por el miedo. “El miedo a la fragilidad es tal que se genera un clima de miedo que es irreal. Es una estrategia del sistema, es una manipulación y, como tenemos miedo, tratamos de buscar un culpable a todo”, asegura Serrano a Escenario, en comunicación telefónica desde Madrid.
Sin embargo y a pesar de sus comentarios, el cantautor no tiene una visión pesimista de la sociedad en la que vive, más bien al contrario: “Las manifestaciones en contra de la guerra, la solidaridad tras el 11-M y el resultado de las elecciones españolas demuestran que la sociedad, en especial los jóvenes, no se conforman”.
Además, en esta entrevista el cantautor español habla de su nuevo disco, Naves ardiendo más allá de Orión, y del tema que grabó junto a Coti.
–¡Qué nombre largo le pusiste al disco! ¿Qué querés representar con este título?
–Y quería ponerlo más largo. Está basado en un monólogo que vi en una película. Cuando terminé el disco, hice un repaso de él para buscarle un nombre, entonces me di cuenta de que varias de las canciones hablaban de la fugacidad del tiempo y lo frágiles que son nuestras vidas y me acordé de que este lamento aparecía en una película que siempre me ha gustado y es un clásico de ciencia ficción: Blade Runner, de Ridley Scott. En uno de los monólogos que marca el villano de la cinta, al final, dice: “Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. He visto atacar naves ardiendo más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir”. En un momento pensé en titularlo no con todo eso pero sí con una parte más importante, pero me pareció excesivo y por eso me quedé con Naves ardiendo... Cuenta cosas tan cercanas que uno quiere rescatar del olvido para que no se pierdan como lágrimas en la lluvia, que finalmente es para lo que uno compone, para que las cosas no se pierdan en el olvido.
–Contáme de las canciones de este disco.
–Tiene 14 temas y la mayor parte está compuesta en el último año, un año muy convulso en muchos aspectos, en especial para los madrileños a los que nos tocó vivir el 11 de marzo. Año convulso en el que vivimos la guerra, la violencia que te hace cuestionarte muchas cosas. Es un disco muy personal también porque hace referencia a la infancia, a los amores que fueron y ya no serán. De las 14 canciones 12 fueron compuestas mientras estuvimos de gira con Principio de incertidumbre. También, hay dos canciones que he rescatado de las que cantaba hace 10 años por los cafecitos de Madrid.
–Recién hacías referencia a los atentados de Atocha y en tu sitio web hay un documento muy emotivo, de tu autoría, sobre estos hechos. ¿Cómo recibiste la noticia de los atentados de Londres?

–Lo terrible del asunto es que nos tenemos que acostumbrar a que esto sea así. Parece que hay como un punto de resignación. El problemas es que cada vez surgen nuevas “zonas cero” que son cada vez más cotidianas, como Madrid, Londres e Irak. Creo que lo que deberíamos replantearnos es hacia adónde dirigimos el modelo planetario que estamos construyendo, en el que se impone el unilateralismo, en el que se hablan de cosas tan perversas como “guerra preventiva”. El mundo es cada vez más inseguro. En fin, creo que tenemos que replantearnos incluso las relaciones personales, porque nos estamos impermeabilizando de estas cosas.
–En tu texto “11M”, decís que con nuestro quehacer cotidiano podemos demostrar que otro mundo es posible, ¿te parece que es tan simple?
–El 11 de marzo fue terrible pero también dejó en evidencia que la gente es capaz de movilizarse en momentos de crisis. Las reacciones de los ciudadanos españoles fue ejemplar en los días posteriores. La gente salió a las calles a solidarizarse con las víctimas y luego para condenar la violencia en general y para pedir algo tan elemental como paz. Incluso se movilizó para depositar su rabia en las urnas y para demostrar que no van a permitir que le mientan, que le engañen, como trató de hacer el gobierno español.

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