miércoles, octubre 12, 2005

Las predicciones de Charly García


(La entrevista, que se puede leer a continuación, se la realicé a Charly García en abril de 2004. Por entonces, Diego Maradona se encontraba delicado de salud, pero el músico fue uno de los pocos que aseguró que se iba a recuperar. Para el que tenga alguna dudad, mire los lunes Canal 13).

"Yo sé que Diego (Maradona) va a estar bien, que va a zafar. Le mandé un poco de brujería para que se recupere", confesó el místico Charly García. Este músico que después de haber pasado la barrera de los 50 parece haber bebido de la fuente de la eterna juventud, asegura: "Prefiero parecerme a un pibe de 15, que a un aburrido señor de 50".
El ya mito del rock nacional, como cada vez que acepta la inquisitoria periodística y está de buen talante, habló de todo: sobre su último disco, su gran amigo Diego Maradona, Carlos Menem -"es el rey de los políticos"- y el presidente Néstor Kirchner -"es un hombre común"-.
La semana pasada fue para Charly una de las "más complicadas". Tuvo que realizar un alto en la grabación de los temas que compuso para el espectáculo Vuelo en libertad -que estrenó el jueves en el teatro Opera de Buenos Aires el bailarín Maximiliano Guerra- para viajar a España a recibir el Premio Latino de Honor en la VIII edición de los Premios de la Música.
-¿Cómo estuvo el viaje a España?
-Me fue muy bien. Me pusieron en un hotel muy lindo, me llenaron la habitación de flores, me pasearon un poco y me entregaron un premio a. esperá que lo busco porque no me acuerdo como se llama. (Silencio). Acá lo tengo, premio de honor. por la trayectoria creo. Bueno, entonces lo agarré y me vine.
-¿Tenés muchos seguidores en ese país?
-Allá soy de culto. Me reconocen los periodistas y los artistas. Está bueno porque en España nunca traté de abrir el mercado. Más bien prefiero ir cuando el mercado esté abierto así puedo comprar algo (risas). Está bueno porque (el premio) se lo dan por lo general a gente que vende mucho allá. El año pasado se lo dieron a Caetano Veloso y este año a mí. Ya con un premio de honor en la carrera queda claro de que no les chupo las medias.
-¿Por qué definís a tu música como periodística?
-También en España me regalaron un libro que escribió un periodista que apenas recuerdo. Este hombre me entrevistó por teléfono desde Madrid. El libro se llama Vasos comunicantes (de Bruno Galindo) y tiene en la portada un corazón y ahí cita a muchísimos compositores, entre ellos yo. ¿Cuál era tu pregunta? Porque me fui por las ramas.
-¿ Por que decís que tu música...
(interrumpe)-¡Ah! ¡Pará, pará! El título de mi capítulo en este libro habla sobre la posibilidad de manipular la realidad. O sea, es un poquito más que periodística. Es provocar la noticia para que sea periodística. A mí lo que me copa es esto: lo que yo hago. Porque como ya tengo un reconocimiento y el feedback que tengo con el público es bueno, la gente me da cancha para experimentar más.
-¿Ahora tenés más licencia para hacer determinada cosas sobre el escenario que antes?
-Yo empecé a autollamarme estrella del rock y fue para escaparme de ser un músico de rock, que se supone que tenés que estar con 26 camisetas, que no se puede reír nunca y no habla o habla boludeces, y no baila. Como era antes, y a mí me decían que era comercial porque bailaba en el escenario.¡Mirá ahora! (risas), muchos solamente bailan.
-¿Qué tiene Menem que no tiene Kirchner?
-Un buen sastre. (Risas)
-¿Kirchner no te seduce?
-No. Méndez (por Menem) es un rey en eso, como él no hay en la política. Los demás políticos son comunes. Eso es Kirchner: un hombre común. Ahora para ser político no tenés que ser común. Yo le recomendaría al Presidente que se vista un poco mejor, sobre todo cuando va al exterior. Esa pinta que tiene con los trajes que le sobra todo, es muy a la qué me importa y él no tiene cara para descuidar esos detalles (risas).
-Leticia Brédice incluyó tu tema Woman on the train en su primer disco Actriz.
-Era una canción que escribí para un long play que se llamaba Black álbum y era todo en inglés. A ella le gustó, me lo pidió, lo grabó y se lo di porque soy su amigo.
-A un notero de América TV le dijiste que te gustaría que inventaran la pastillita de la inmortalidad...
(Duda) -Pero no para todo el mundo. Para los rockeros no (risas). Lo que pasa es que cuando hay muchos paparazzi que te meten la cámara en el culo y te prende un foco que te encandila mientras tratás de sacar el auto y uno termina diciendo cualquier cosa, y lo penoso es que es lo que más publicitan.
-Y ¿te gustaría ser inmortal?
-Y a quién no. Estaría buenísimo.
-¿No te aburrirías?
-Pero hasta ese momento lo bien que la pasaríamos (risas).

Brujería para el Diego
Charly García considera a Diego Maradona como uno de sus mejores amigos. Aseguró que le preocupa mucho la salud del futbolista y que le mandó un poco de brujería para que "zafe de la situación". Maradona sufrió el domingo una crisis hipertensiva y fue internado en terapia intensiva en una clínica porteña, donde actualmente está hospitalizado con una leve mejoría.
"Sé que es un quilombo todo lo que está pasando.Yo he estado en hospitales y sé lo que es. Así es que mi deseo fue, místicamente, que se recupere, porque yo creo en las brujerías", dijo el músico a este diario.
-¿Pudiste hablar con sus familiares?
-Lo que hice fue mandarle este libro que te digo que me regalaron en España (ver nota central), que es muy preciado porque me lo acaban de dar. En una página le escribí unas palabras y le marqué mi capítulo. También le mandé el premio García, que lo dan en un pub de Santa Fe. Es una escultura mía bien say no more y le puse "para El 10".
-¿Este es el hechizo que le mandaste?
-Quiero que esto lo acompañe y que cuando despierte vea eso porque le va gustar. El otro día estaba viendo un video que me pasó la gente que está grabando una película sobre Diego y el gordo mostraba sus tatuajes y hablaba sobre mí. La verdad que me dio mucha ternura ver eso.

viernes, septiembre 23, 2005

Un guitarrista cuyano que triunfa con el tango


Pablo Budini es un guitarrista mendocino que se fue hace unos años a probar suerte a Buenos Aires, sin imaginarse que el éxito golpearía su puerta antes de lo esperado.Hoy, Budini es uno de los guitarrista más solicitados en la Capital Federal, y hasta de Francia ha sido convocado para grabar un disco de tango. Actualmente integra la agrupación de tango Bardos Cadeneros, con la cual el mendocino ha cobrado fama a nivel nacional y con la que realizará una gira por Estados Unidos.
Un tanguero cuyano
“En el 2001 me fui a la gran ciudad con Freddy Vidal, un músico increíble que me metió en el tango. Es el referente más grande que tengo, es mi maestro. El loco me puso a su altura, cuando yo no lo estaba y me llevó a que compartiéramos escenario juntos. Pero como lo hizo conmigo, lo hizo con Miguel López y Gonzalo Thomé porque es un tipo muy amable”, asegura el ex Markama.
Por estos días el mendocino se encuentra presentando el disco Suerte loca, junto a su agrupación de tango. Disco del cual la prensa especializada ha destacado el aporte artístico de la guitarra cuyana de Budini. “Yo toco como toqué siempre. Lo que pasa que los porteños notan la diferencia en la guitarra”, dice con total modestia.“A Bardos Cadeneros entré hace un año y mis compañeros de banda son Hernán Lucero (voz), Carlos Viyer (guitarra) y Sergio Barberis (guitarrón). Con este segundo disco nos está yendo muy bien, en él están como invitados la pianista Hilda Herrera y Colacho Brizuela. Y estaremos presentándolo en Estados Unidos, a fines de setiembre y esperamos ir a Mendoza, para fin de año, para el Festival de Tango Joven”, dice Budini.
El tango, un estilo de vida
Para Budini, hacerse de un nombre en Buenos Aires no fue fácil. “En Mendoza, empecé a tocar a los 16 años en Las Voces del Plumerillo, después fui músico de Pocho Sosa e integré Markama. Cuando llegué acá no era nadie y tuve que empezar a trabajar de otras cosas, como hacer sonido u operar en un estudio de grabación”, cuenta el mendocino desde su casa en Avellaneda y agrega que tuvo que aprender a convivir con tangueros que se toman “a pecho” la vida del arrabalero. “El ambiente del tango no es un ámbito fácil. Si naciste en Buenos Aires sos tanguero, sino no”, explica Budini, aunque asegura que para los mendocinos la vida en la gran ciudad es más fácil que para otros argentinos. “Los porteños tienen un buen concepto de nosotros. Les fascina Mendoza porque dicen que es una ciudad muy linda y muy rica culturalmente”, remata el guitarrista.

miércoles, septiembre 14, 2005

El tango en los genes


Hijo de Susana Rinaldi y Osvaldo Piro, Alfredo Aníbal Piro se llama así por Alfredo Gobbi y Aníbal Troilo. Con genes tangueros asegura que sus padres no influenciaron para que él se convirtiera en un cantor de tango. “En realidad se sorprendieron”, dice el joven artistas, quien está presentando por distintos países su segundo disco, "Segundas intenciones", acompañado del guitarrista Hernán Reinaudo, integrante de la agrupación tanguera 34 Puñaladas.
"Segundas intenciones" es una placa con varios títulos muy conocidos, pero que no suena a compilado de clásicos. En él participaron varios artistas invitados, como Horacio Fontova, Esteban Morgado, Ligia Piro, Ariel Ardit (orquesta El Arranque), Walter Chino Laborde (Orquesta Fernández Fierro), Cristóbal Repetto (Bajo Fondo), Federico Ghazarosian (Los Visitantes, Don Cornelio), Cacho Tejera y Quique Condomí (violín de la Orquesta del Tango de la Ciudad de Buenos Aires).
–¿Cómo es la nueva placa?
– En "Segundas intenciones" predominan las cuerdas, pero la guitarra es el instrumento más importante. Este disco tiene tangos clásicos pero no bordea el repertorio trillado del tango. Los temas más tradicionales como El choclo son las versiones más jugadas porque no están hechos con una estructura convencionalista. También hay un tema de Charly (García), Llorando en el espejo.
–En una oportunidad que Altertango te invitó a compartir escenario, hiciste alusión a los jóvenes que crecieron viendo Grandes valores del tango, ¿te hacían ver este programa de chico?, ¿lo padeciste mucho?
–(Risas). Me acabo de despertar porque tuve una pesadilla con (Silvio) Soldán (risas). No sé si “padecer”, porque uno desde temprana edad puede mantener la indiferencia y punto. Pero sí, no hubo un hilo conductor como para decir ése fue un vehículo para llegar al tango. Todo lo contrario, fue un accidente en la ruta. Soldán no era el hombre de la bolsa de nuestra infancia (risas), pero sí pensamos con mis actuales colegas que esa época fue algo bastante patético.De genes tangueros
–¿Tus papás influenciaron para que vos decidás ser un cantante de tango?
–No, no, para nada. Creo que se llevaron una gran sorpresa. Fue una elección propia. Creo que el tango te agarra como te tiene que agarrar: por convicción absolutamente personal. La casa materna influye algo, pero no fui acunado en tangos.
–¿Cuáles son tus referentes?
–Creo que tengo más referentes fuera del tango que dentro. Pero en tango te puedo nombrar a Astor Piazzolla, Roberto Goyeneche, Julio Sosa. De los letristas te puedo nombrar a Homero Expósito, Cátulo Castillo. Y fuera del tango, me gustan mucho David Bowie y Peter Murphy.Un estilo de vida
–Hace un tiempo entrevistaba a un guitarrista mendocino que toca en el grupo de tango Bardos Cadeneros y me decía que desde su óptica, “para los porteños si no naciste en Buenos Aires no podés hacer tango”. ¿Qué pensás?
–Para mí no es así. De hecho, el referente mayor sobre la faz de la tierra es francés (por el origen de Gardel). Horacio Ferrer es uruguayo y mi director musical, cordobés. Creo que ése es un pretexto bastante estúpido. Tiene que ver mucho la forma de cómo te llega el tango y por qué te llega.
–¿Y el tango es un estilo de vida?
–Absolutamente. Está un poco caricaturizado. El folclore del tango se sigue viendo en la calle. La otra vez hablando con un guitarrista decíamos que hay ciertos personajes que se ven únicamente de noche. Vos a esa gente de día no la ves. Esos tipos son los que tienen el tango en la sangre. El tango se vive más de noche que de día y tal vez eso le da su cuota de romanticismo por un lado y de marginalidad por otro.
–¿Cómo ves a las nuevas generaciones de la música ciudadana?
–No sé. No sé si soy quién para decir algo. Nos verán y escribirán en un futuro otros sobre nosotros.
–¿Y el tango electrónico qué te parece?
–Está mal rotulado de entrada. Me parece que la electrónica es lo que se pone al servicio del tango como para brindarle nuevos elementos para que sigan floreciendo diferentes ramificaciones. Hay una gran confusión, porque creen que el tango se puso al servicio de la electrónica y se utiliza como pretexto porque lo vemos como un severo muerto o algo que no avanza y es un concepto equivocado. Me parece que el tango tiene una riqueza armónica y letrística que muy pocos otros géneros lo tienen. No podemos hacer una vertiente, como el tango electrónico que mantiene sólo una pulsación rítmica.

lunes, septiembre 05, 2005

Gustavo Meli y su batería llegaron al Lejano Oriente


“En Taiwan no conocen nada de Argentina. Ni a Maradona”, dice sorprendido el afamado baterista mendocino Gustavo Meli, quien estuvo en ese país, durante julio, ofreciendo una importante clínica de batería. El músico, además, está trabajando en su disco solista y aprontándose para regresar a los escenarios locales con la banda La Cofradía de la Flor Solar.
Meli habla con tanto asombro de Taiwan que cuando uno lo escuha parece estar oyendo a Alicia salida del País de las Maravillas. Con total humildad dice: “No sé por qué me llamaron a mí y no a un baterista de Estados Unidos. El pasaje a Taiwan es carísmo. Hice 60 horas de vuelo para llegar y hasta me agarró un tifón que no me dejó salir del hotel durante un día y medio”.
Lo cierto es que el batero mendocino fue convocado por el conocido grupo de percusión asiático Ju Percussion Group para participar del encuentro 2005 Taipei International Percussion Summer Camp.“Es una especie de escuela de verano donde se enseña marimba, percusión afrocubana, marchin’ band, vibrafón y batería a jóvenes de Corea, China y Taiwan”, explica Meli. El músico local fue elegido para este evento por sus virtudes con el instrumento. “Según me dijeron, me convocaron por mi técnica americana y el aire latino que tengo para tocar”, comenta.
El mendocino tuvo 300 alumnos y dio clase nueve horas por día. “Daba la clínica en inglés pero tenía una intérprete en chino que me acompañaba todo el tiempo”, dice mientras cuenta que Taipei es una ciudad muy moderna, donde hace mucho calor y la humedad es terrible. “La gente es muy cálida y lo más difícil fue comer con palitos”, agrega el batero, aunque parezca una paradoja.
Ya en Mendoza, Meli se está preparando para tocar en octubre con La Cofradía de la Flor Solar (Morci Requena y Sebastián Rivas) y produciendo su disco solista, que será editado por el sello La Cofra Records. Además, aprovecha la ocasión para agradecerle al público mendocino por el apoyo brindado durante el Mendoza International Drum Fest, que él organiza.

Exilio y realismo pop



Tal vez a los mendocinos el apellido García Lao les resulte familiar. Pero quizás sean muy pocos los que conozcan a la pintora Verónica García Lao, hija del recordado periodista de Canal 7 Mendoza, Ambrosio García Lao.
Verónica nació en Mendoza y al comienzo del Proceso Militar debió exiliarse junto a su padre y familia en España. Allí estudió pintura con otro mendocino, Enrique Sobisch, para convertirse hoy en una artista de renombre, cuyas obras se venden tanto en Estados Unidos como en Europa.Hace pocos días, García Lao expuso en la galería Praxis de Buenos Aires, lugar desde donde parten sus pinturas realistas a diferentes lugares del mundo.
"Si hay que ponerle una definición a lo que hago, digo que es realista, pero no hiper porque no me gusta trabajar algunos detalles como lo hacen los hiperrealistas, porque faltan detalles y reflejos que a ellos le gusta resaltar", explica la pintora. Párrafo seguido agrega: "Mis obras parecen fotografías cuando se fotografían, pero cuando se miran directamente no. Yo trabajo la materia muy diluida, no me gusta que se note la pincelada del óleo. Hago capa sobre capa, pero siempre la materia muy diluida para que distraiga lo menos posible".
-¿Hay una escuela de realismo en España?
-No. No la hubo cuando viví allá y tampoco la hay ahora. En el 76 me fui a vivir a España y dos años más tarde llegó exiliado también Enrique Sobich, que es un pintor mendocino que vivió en México y Buenos Aires. A la primera persona que contactó allá fue a mi viejo porque eran los dos mendocinos y se conocían. Entonces empecé a estudiar pintura con él, pero como entretenimiento de una chica de 14 años que no tiene nada que hacer y me entusiasmé. Hasta que me volví a Argentina en el 86 seguí estudiando con él y después lo seguí haciendo en forma esporádica.
-¿Por qué decidiste volver al país?
-Yo en España aprendí un montón de cosas , maduré muchísimo pero no lo sentía mi país, me sentía una extraña. Tenía una red de amigos minúscula, no me entendían para nada... a pesar de que tenía la nacionalidad, era la nacida en Mendoza, Argentina. Era ser una ciudadana que no tenía derecho a opinar, a pesar de que lo que más aprendí allí fue de derecho y política porque justo agarré una etapa espectacular que fue el rearmado de toda la democracia. Así que desde el punto de vista de ciudadana me vino muy bien, pero me vine a Argentina porque no me sentía muy cómoda.
-¿En tu obra reflejás esos años de exilio?
-Creo que sí. Uno pinta y no se pone a pensar lo qué está diciendo. Yo pinto lo que me sale y después me pongo a pensar qué pasó, cuando veo todo el conjunto de la obra. Lo que la gente me señala mucho en mis obras es el tema de la soledad. En mis pinturas hay personajes que dan la espalda a otros, que están en ciudades rodeados de gente, pero están solos. A mí el exilio me supuso eso, mucha soledad y creo que eso aparece en la obra. El concepto de mi existencia nació allá. Viví toda mi adolescencia en España, me fui de Mendoza a los 11 y volví a los 21. Todo mi proceso como persona lo hice allá y puede que se trasmita en la obra a través de la soledad en la ciudad. Eso fue lo que caracterizó mi vida allá.
-¿Y por qué no te quedaste a vivir en Mendoza?
-En el año 86 estuve en Mendoza y me quedé hasta el 89. En mi época española estudiaba Ciencias Políticas en Madrid y cuando volví y retomé mis estudios en la UNCuyo, me di cuenta de que no tenía nada que ver. Entonces no me sentí bien en ese rubro y retomé la pintura. Luego ingresé a la agencia Publicidad Sarmiento y descubrí ahí un mundo que me encantó porque yo quería dibujar y la única manera era trabajando ahí. Además, me pagaban por hacerlo. Y en el 90 decidí venir a estudiar publicidad a Buenos Aires porque me había gustado mucho.
-¿Las posibilidades de vender, ingresar a un mercado o hacerse conocido para un artista plástico son más difíciles desde una provincia del interior del país?
-Desgraciadamente el poco mercado que existe para la pintura en Argentina existe acá, en Buenos Aires. De hecho, muchas galerías aprovechan para venderle a los turistas o gente interesada en el arte que viene del extranjero exclusivamente porque los artistas argentinos estamos en liquidación, comparando con los precios en dólares. Desgraciadamente es así. No hay una política cultural que promueva a los artistas de las provincias acá y mucha gente se sorprende de toda la movida que hay en Mendoza o en Córdoba, por ejemplo. No entiende cómo pueden sobrevivir esos artistas tan aislados y sin darse a conocer pero con tanta actividad.
-De los plásticos mendocinos, ¿cuáles son tus favoritos?
-Carlos Alonso a mí me encanta. ¡Es impresionante¡ Hace poco conocí la obra de una escultora que se murió (Eliana Molinelli) que me alucinó. Y la verdad que muchos más artista no conozco porque hace mucho que no voy a Mendoza.
-¿Podés decir que se puede vivir de la pintura?
-Hasta el 97 trabajé en diferentes agencias de publicidad y eso me sirvió para sobrevivir y ahora estoy trabajando con la galería Praxis, que tiene una cartera importante de clientes y consigue vender un volumen importante de obras. Pero siempre intentando pelear por los precios y de hacerte un lugar en el mercado porque si no te vende una galería es como que no existís. ¿Vivir? (risas). ¿Qué se puede decir por vivir? creo que muchos artistas apenas ganan para los materiales.

Nota: La pintura que aparece en esta nota se titula "Autorretrato" y es una obra de Verónica García Lao.

sábado, septiembre 03, 2005

En vivo, Astor era mágico


"Cantar canciones de cancha los dos solos en un bar es el mejor recuerdo que tengo de mi abuelo Astor". Es inevitable que en una charla con el reconocido baterista Daniel Pipi Piazzolla se cuele el recuerdo del genial compositor. Y eso sucedió en cada momento en el diálogo con el baterista
Muchos críticos de música nacionales e internacionales aseguran sobre Daniel que hoy la historia del talento y el éxito de Astor parecen repetirse bajo la sombra del mismo apellido, aunque ahora con otro instrumento.
Pipi es conocido internacionalmente por sus agrupaciones de jazz y funk como Escalandrum o la Giusti Funk Band, las que lidera desde la percusión. Que este joven baterista toque jazz no es para nada extraño, porque expresó que ama tanto al trompetista Miles Davis como a su abuelo.
-¿Cómo recordás a tu abuelo?
-Lo recuerdo como un tipo con carácter fuerte, que sabía lo que quería y un ejemplo como músico.
-¿Qué anécdotas vivieron juntos?
-Acompañarlo al teatro Colón cuando dio ese gran concierto en el 83 fue impresionante. Cantar canciones de cancha en un bar los dos solos es otro de los mejores recuerdos con él. También recuerdo con cariño nuestras reuniones escuchando jazz en el living de su casa y cuando me regaló mi primera batería. ¡Eso me tomó totalmente por sorpresa!
-¿Qué decía acerca de que tocaras este instrumento?
-Estaba muy contento de que no hiciera lo mismo que él porque decía que iba a ser muy duro para mí. Seguramente todos nos iban a comparar. Siempre me aconsejó que estudiara en los mejores colegios de música porque era lo que me iba a permitir crecer artísticamente.
-¿Alguna vez tocaste con él?
-Lamentablemente no. Lo disfruté como lo que era: mi abuelo, y además de admirarlo por eso, lo admiro como músico.
-¿Qué opinás de todos los que se dan chapa diciendo que tocaron con tu abuelo?
-Si tocaron con mi abuelo es más que meritorio, pero si es con una segunda intención es porque lo que hacen no está tan bueno.
-¿Qué es lo que más te gustaba de él?
-Cómo tocaba en vivo, era mágico.
-¿Te gusta el tango?
-Sí, me gusta. A pesar de que lo escucho poco.
-¿Cómo ingresas al mundo baterístico?
-Cuando era chico, hice 2 años de piano clásico, y a los 15 empecé con la batería, luego de haber presenciado un recital de Rod Stewart, en el que el batero hizo un solo increíble, y me volvió loco. Al día siguiente empecé a estudiar con Rolando Oso Picardi (batero de Buenos Aires). A mí me gustaba el rock, hasta que él me hizo escuchar Miles Davis (trompetista), Chick Corea (pianista) y un disco de Michel Camilo, y ahí cambió todo en mi vida. ¡Me apasioné completamente!
-¿Qué sentís que te da el jazz que no te dan otros estilos musicales?
-El jazz me da mucha libertad.

El batero de los sueños


Oscar Giunta (29) es un joven baterista mendocino que triunfa en Buenos Aires. Integra la banda del conocido bajista Javier Malosetti con la que participa en el programa televisivo Música para soñar (el exitoso envío nocturno de Telefé).
En comunicación telefónica desde su departamento ubicado en Capital Federal, Giunta cuenta que desde muy chico supo que la batería iba a ser su profesión. “Cuando era muy chiquito me pasó una cosa mágica que me dijo que esto es lo que iba a hacer para toda la vida. Tengo recuerdos de niño de estar armando y desarmando batería o dibujando en un cartón los tambores”, rememora el baterista, mientras que casi como cortina musical se escuchan dos niños que hablan y una batería que suena despacito. “Perdoname –dice Giunta– estoy con toda la prole (en alusión a sus dos hijos), los puse a ver Scooby Doo, pero uno se me rebeló. Esa bata que escuchás es de Franco (3), que quiere ser baterista. Tengo dos inminentes músico en casa, un batero y Lautaro (7), un saxofonista”, cuenta orgulloso.
Giunta nació en Guaymallén y a los cinco años partió a Buenos Aires, ya que su papá era contrabajista y en 1980 pasó a integrar la Orquesta Sinfónica Nacional. “De Mendoza tengo los mejores recuerdos. Voy siempre porque toda mi familia vive allá. En 2004 estuve un mes de vacaciones en la casa en que nací”, recuerda el baterista.
–¿Es cierto que de niño, mientras tus papás dormían, te levantabas a admirar la batería y no podías contener las ganas de tocar?
–Mis dos viejos son músicos, y cuando yo nací, ellos ensayaban en el living de casa con un trompetista mendocino que se llamaba Horacio Rosas. Recuerdo haber estado de muy chico presenciando los ensayos, y también recuerdo esa sensación de fascinación que tenía por lo que tocaba el batero, y por la batería en sí. Me acuerdo que a la noche, cuando ya el ensayo había terminado, todos se habían ido, y mis viejos dormían, yo me metía en el living y miraba esa especie de nave espacial que era la batería.
–¿De chico, en Buenos Aires, te consideraban un niño prodigio?
–Sí, fue una cosa graciosa. Mi mamá vio un aviso de Canal 11 que necesitaban chicos para una orquesta infantil y agarró la batería, la desarmó y me llevó al canal. Me acuerdo que en el viaje me iba diciendo: “Mirá que te van a tomar una prueba y por ahí te dicen que volvás otro día”. Yo iba tranquilo y con curiosidad. Cuando llegamos al canal armamos la batería en un estudio y el director musical me pidió que lo acompañe, cuando terminamos me dijo: “Armá la batería en el otro estudio que en 15 minutos salimos al aire”. Ahí entré en pánico, pero mi vieja me apoyaba en todo y yo con 7 años me tranquilizaba.
–¿El fin de semana estuviste de gira con Malosetti?
–Sí estuvimos por toda la costa atlántica y ahora estamos preparando el segundo ciclo de Música para soñar, que empieza en marzo.
–De las canciones de Música para soñar, ¿cuál fue la que más te gustó?
–Hubo varias cosas lindas que hicimos. Un par de temas con Rubén Rada, Sandra Mihanovich y una versión de un tema de Fito Páez que hicimos con Abel Pintos. El flaco canta bárbaro y el arreglo era bonito.
–¿Van a venir a la provincia con el trío de Malosetti?
–A mediados de años vamos a estar por allá. Es un sueño que tengo, porque nunca he tocado allá con algo que me represente artísticamente. En el producto de Javier tengo un espacio bastante importante y el tipo me da espacio.
–¿El jazz es tu género predilecto?
–Lo que me gusta del jazz particularmente es el modo y el concepto de hacer música. No me atrapa tanto por una cuestión de recrearlo. Hay tipos que son más fundamentalistas y deciden recrear la música de tal etapa a tal etapa. Yo no.
–¿Qué tipo de música te gusta escuchar?
–Escucho de todo, porque estoy acostumbrado a que en mi casa se escuchaba de todo. Lo que me atrapa es esa cuestión de tomar la música y llevarla a otro plano.
–Volviendo a la batería, en Mendoza pasa algo particular, que no sé si pasa en otras provincias, y es que hay muchos chicos que estudian batería. ¿Crees que se está popularizando más este instrumento?
–Sin duda esto tiene un único gran gestor y un promotor importante que es la labor incansable y constante de Gustavo Meli. El con su escuela, con su alumnado y su carrera, es un estímulo fuerte. Aparte que el tipo haya elegido volver a Mendoza, pudiendo estar en otro lado, y generar un espacio y una escuela me parece terriblemente valioso. Estoy al tanto de que en Mendoza están pasando cosas superimportantes con la batería y su estudio.
–Durante mucho tiempo hubo un preconcepto de que la batería era un instrumento para acompañar. En este sentido, ¿cuál es la labor del baterista?
–Es muy importante que la batería se estudie como cualquier otro instrumento porque hay un preconcepto bastante arraigado de que todo el mundo entendía a la bata como instrumento de acompañamiento. Además, con ese rol que se asignaba se justificaba el hecho de que no se estudiaba. Un guitarrista o un contrabajista tiene que estudiar música y aprender a hilar música, pero un baterista tenía que escuchar música y seguir el ritmo. Me parece que la bata es un instrumento como cualquier otro y que se debe estudiar como cualquier otro. En la medida en que los músicos entienda que la batería se tiene que estudiar, va a tener un espacio dentro de la música como cualquier otro. Lo que pasa es que los músicos adolecemos de esto, esperamos que haya un espacio y es verdad que las cosas son duras, pero son duras para un montón de gente. A veces es uno el que tiene que generar las cosas y no esperar que pase algo para hacerlas.

Un genio con acento cordobés


El jueves, un poco más de 100 mendocinos tuvieron la suerte de comprobar por qué el percusionista cordobés Minino Garay triunfa en Francia con su particular estilo musical.
Garay, músico y compositor argentino radicado en Francia desde hace más de 15 años, inició el recital con una serie de rítmicas y variadas mixturas con las que presentó los temas de sus dos placas: "Minino Garay y Los Tambores del Sur" y "Kilombo".
El cordobés actuó junto a su septeto Los Tambores del Sur, a los que se suma el inspirado flautista francés Magic Malik, quien se convirtió en "la joyita" de la jornada por las deliciosas melodías que interpretó no sólo con su instrumento sino también con su voz.
Por otro lado, Garay mostró su creación denominada "speaking tango", una especie de rap con tonada cordobesa y acento francés. Además, realizó chacareras, malambos, gatos, diferentes grooves, música afro, cumbia, jazz y rock, junto a una gran selección de músicos: los percusionistas Eddy Tomassi y Pablo Méndez, el pianista Lalo Zanelli (músico de Gotan Project), el bajista Fabrizio Fenoglietto (también músico de los Gotan), el trompetista francés Nicolás Genest, el saxofonista Leandro Guffanti y el guitarrista uruguayo Pájaro Canzani (ex Los Jaivas).
Garay realizó un perfecto equilibrio entre sus raíces argentinas y su actualidad parisina. Y aprovechó la oportunidad para hacer alarde de su humor cordobés.
En cuanto a las letras de sus canciones todas poseían una cargada connotación social, rozando temas como la pobreza, la prostitución, el exilio y la dictadura militar. De esta manera, hizo que el público redescubriera la letra de "Cambalache" al interpretarla utilizando, por supuesto, su "speaking tango" y "bajando línea" en contra de los políticos corruptos y la Iglesia Católica.
El recital se caracterizó mucho por la improvisación proveniente del jazz. Además, la percusión y la batería están en primer plano en la banda. Aunque el nombre del grupo es Tambores del Sur, lo que más predomina es el cajón flamenco y el bombo legüero.
Para finalizar, Garay se dio el gusto de tocar uno de sus temas que ha sido utilizado muchas veces en la Fiesta de la Vendimia, la chacarera "La celosa de tu vieja" y cerró el recital con una excelente versión del tema "El cóndor pasa".

miércoles, agosto 31, 2005

Estudiantes que trabajan por amor *

Son unos 15 estudiantes lasherinos de distintas carreras de la Universidad Nacional de Cuyo. Hace tres años se juntaron con la idea de brindar asesoramiento sobre microemprendimientos a quien lo solicitara. Sin embargo, su tarea dio un giro netamente solidario. Hoy, junto a unas 25 mujeres de Las Heras, y a través del plan Familia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se juntan semanalmente para fabricar juegos y donarlos a diferentes instituciones o barrios del departamento que lo necesitan. En el Día del Padre serán unos 80 internos del hospital Gailhac los que recibirán la visita de este grupo que llegará con juegos de mesa, como damas, ajedrez y dominó, todos fabricados por ellos. “Comenzamos con la idea de devolverle a la sociedad algo de lo que le debemos por estar pagándonos nuestros estudios en una universidad estatal”, comenta Carlos Pedrosa, coordinador de la iniciativa y estudiante de Comunicación Social. “En principio –continuó– asesorábamos a microemprendedores con proyectos como por ejemplo hacer pan casero o de apicultura. Cada uno aportaba desde su área de estudio como Ciencias Económicas, Derecho o Ingeniería y así elaborábamos una estrategia interdisciplinaria”. Con ese mismo espíritu es que hoy trabajan con las beneficiarias del plan Familia, pero con un fin mucho más solidario todavía. María de los Angeles Gallardo, quien está al frente de las mujeres que fabrican los juegos, aclara que no sólo es un beneficio económico el que reciben las trabajadoras que tienen el plan. “Muchas personas se sienten conformes con recibir un beneficio social –que no superan los $150– y nada más. Pero la gente que trabaja con nosotros no se conforma con eso. Al capacitarse, aprender y ver que pueden hacer cosas, experimentan una sensación de satisfacción y eliminan la frustración que muchas veces genera cobrar una ayuda sin contraprestación”, subraya Gallardo. Por último, los chicos apuntan que las campañas solidarias que realizan les dan un momento de alegría a otros que se disfruta de manera muy edificante, “una sensación que no te da el dinero”, apunta Pedrosa. Mientras, ya están pensando en la próxima campaña. “Seguramente será para el Día del Niño, tenemos el objetivo de fabricar unos 1.000 juguetes”, dice Gallardo entusiasmada. “Pero la idea es continuar trabajando para poder organizar una campaña por mes, no solamente para fechas especiales. Mientras sigamos contando con el apoyo de los que integran el grupo y de las distintas instituciones que siempre nos dan una mano, donando la materia prima o colaborando en lo que sea, creo que lo podemos conseguir”, remarca el estudiante de Comunicación Social.

(*) Nota escrita por Gonzalo Ponce para Diario UNO de Mendoza.

sábado, agosto 27, 2005

El trovador de Orión


Después de célebres artistas como Joan Manuel Serrat, Aute o Joaquín Sabina, España ha parido otro cantautor, que con modos de juglar regala poemas cantados. Ismael Serrano es el nombre de este músico, el mismo que cantará el 3 de setiembre, en el teatro Gran Rex de esta ciudad.
Comprometido con la vida, el cantautor español considera que el planeta vive dominado por el miedo. “El miedo a la fragilidad es tal que se genera un clima de miedo que es irreal. Es una estrategia del sistema, es una manipulación y, como tenemos miedo, tratamos de buscar un culpable a todo”, asegura Serrano a Escenario, en comunicación telefónica desde Madrid.
Sin embargo y a pesar de sus comentarios, el cantautor no tiene una visión pesimista de la sociedad en la que vive, más bien al contrario: “Las manifestaciones en contra de la guerra, la solidaridad tras el 11-M y el resultado de las elecciones españolas demuestran que la sociedad, en especial los jóvenes, no se conforman”.
Además, en esta entrevista el cantautor español habla de su nuevo disco, Naves ardiendo más allá de Orión, y del tema que grabó junto a Coti.
–¡Qué nombre largo le pusiste al disco! ¿Qué querés representar con este título?
–Y quería ponerlo más largo. Está basado en un monólogo que vi en una película. Cuando terminé el disco, hice un repaso de él para buscarle un nombre, entonces me di cuenta de que varias de las canciones hablaban de la fugacidad del tiempo y lo frágiles que son nuestras vidas y me acordé de que este lamento aparecía en una película que siempre me ha gustado y es un clásico de ciencia ficción: Blade Runner, de Ridley Scott. En uno de los monólogos que marca el villano de la cinta, al final, dice: “Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. He visto atacar naves ardiendo más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir”. En un momento pensé en titularlo no con todo eso pero sí con una parte más importante, pero me pareció excesivo y por eso me quedé con Naves ardiendo... Cuenta cosas tan cercanas que uno quiere rescatar del olvido para que no se pierdan como lágrimas en la lluvia, que finalmente es para lo que uno compone, para que las cosas no se pierdan en el olvido.
–Contáme de las canciones de este disco.
–Tiene 14 temas y la mayor parte está compuesta en el último año, un año muy convulso en muchos aspectos, en especial para los madrileños a los que nos tocó vivir el 11 de marzo. Año convulso en el que vivimos la guerra, la violencia que te hace cuestionarte muchas cosas. Es un disco muy personal también porque hace referencia a la infancia, a los amores que fueron y ya no serán. De las 14 canciones 12 fueron compuestas mientras estuvimos de gira con Principio de incertidumbre. También, hay dos canciones que he rescatado de las que cantaba hace 10 años por los cafecitos de Madrid.
–Recién hacías referencia a los atentados de Atocha y en tu sitio web hay un documento muy emotivo, de tu autoría, sobre estos hechos. ¿Cómo recibiste la noticia de los atentados de Londres?

–Lo terrible del asunto es que nos tenemos que acostumbrar a que esto sea así. Parece que hay como un punto de resignación. El problemas es que cada vez surgen nuevas “zonas cero” que son cada vez más cotidianas, como Madrid, Londres e Irak. Creo que lo que deberíamos replantearnos es hacia adónde dirigimos el modelo planetario que estamos construyendo, en el que se impone el unilateralismo, en el que se hablan de cosas tan perversas como “guerra preventiva”. El mundo es cada vez más inseguro. En fin, creo que tenemos que replantearnos incluso las relaciones personales, porque nos estamos impermeabilizando de estas cosas.
–En tu texto “11M”, decís que con nuestro quehacer cotidiano podemos demostrar que otro mundo es posible, ¿te parece que es tan simple?
–El 11 de marzo fue terrible pero también dejó en evidencia que la gente es capaz de movilizarse en momentos de crisis. Las reacciones de los ciudadanos españoles fue ejemplar en los días posteriores. La gente salió a las calles a solidarizarse con las víctimas y luego para condenar la violencia en general y para pedir algo tan elemental como paz. Incluso se movilizó para depositar su rabia en las urnas y para demostrar que no van a permitir que le mientan, que le engañen, como trató de hacer el gobierno español.

Valdo Delgado, el cultor de la música étnica


Valdo Delgado es un músico admirado por sus pares por los exquisitos sonidos que le saca a dos instrumentos pocos comunes en estas tierras: el charango y el ronroco. Es integrante de Miles de Años, director musical de la banda que acompaña a Sandra Amaya y fundador de Cóndor Dorado y del trío étnico Delgado-Alcaraz-Videla que hoy debuta (ver recuadro). Nació en Santiago de Chile se crió en Buenos Aires y asegura que está muy feliz viviendo en Mendoza. El charanguista en un diálogo íntimo con Escenario contó su historia de vida.
–¿Cuándo descubrís el amor por la música?
–A los 10 años empecé a tocar la guitarra y a los 15 el charango. Mis viejos nos regalaban instrumentos como sikus, flautas, esas cosas y lo colgábamos en la pieza y cuando llegó el charango no lo colgué, y lo empecé a usar. Hace más de 13 años que me dedico exclusivamente al charango.
–¿Tus papás son músicos?
–Mi mamá Ethel es pianista y organista de iglesia y mi papá David hizo muchas cosas, entre ellas fue pastor metodista, que son más tranquilo que los evangelistas.
–También tocás el ronroco…
–El ronroco es una especie de charango, pero es más grande y más grave. Lo uso para tocar solo o para acompañar canciones.

Mendocino por adopción
–¿Por qué decís instalarte en Mendoza?
–Yo nací en Santiago de Chile por casualidad. Toda mi familia es de Buenos Aires y la primera vez que vine a Mendoza fue con Facundo Guevara, en 1998. Teníamos una banda que se llamaba La Minga y presentamos el disco Totem Ka’ta, que tenía todos temas de mi autoría. Después durante dos veranos seguí viniendo y al tercero me instalé. Pero me decidí más que nada por cuestiones de pareja. Estaba saliendo con una chica y tuvimos que decidir dónde vivir y optamos por Mendoza. Realmente estoy muy contento acá.
–¿Y cómo te empezás a insertar en el medio artístico?
–La primera vez que vine Facundo me presenta a un par de músico. Facundo para mí fue una gran carta de presentación. Viste cómo lo respetan todos acá. Me presentó a (Rodolfo) Castagnolo y a Quique (Öesch). Cuando La Minga se vuelve a Buenos Aires, yo me quedo y lo llamo a Quique para empezar a tocar. ¡Estuvo buenísimo porque era sólo batería y charango! ¡Reloco!
–Digamos que ese es el inicio de Miles…
–Un poco. En realidad en 2000 cuando yo me instalé definitivamente Quique me propone armar algo seriamente y ahí surge Miles de Años.

Un charango solicitado
–Cualquiera pensaría que la participación de un charango se limita a una agrupación de música popular o folclore. Pero vos has tocado en grupos de rock y hasta has sido invitado por tangueros.
–Sí. Yo creo que a veces es porque les atrae el charango y a veces por mi musicalidad. Me han visto tocar en Miles de Años y ven que no soy un charanguista tradicional, entonces me invitan. He tocado con La Jarillera, Parió La Choka, Hormigas Negras. Altertango también se copa en invitarme mucho y lo que termino haciendo es un delirio.
–¿Siempre hiciste música étnica o has incursionado en otros género?
–Yo en Buenos Aires siempre escuchaba rock, no escuché música andina. Lo primero que empecé a curtir de folclore fueron dos brasileños Egberto Gismonti y Hermeto Pascoal, que son dos maestros para mí porque acá, en Argentina, hasta ahora, no existe ninguno con la solidez compositiva y de fusión que ellos poseen. Han sido una escuela importante para mí y desde ellos empecé a escuchar música del mundo. Así descubrí la música india, africana… y comencé a valorar mucho más la música de acá, la americana.