viernes, marzo 28, 2008

"Nunca pensé que podía sufrir tantas cosas"

Imagen
En las rotativas. Fernando Ruiz Díaz posa para la cámara de UNO.
Le trajo la estatuilladel Gardel a su hermano Gaby.
Foto de Diego Anguita.

Desde el accidente automovilístico que sufrieron Gabriel Ruiz Díaz (bajista de Catupecu Machu) y César Andino (voz de Cabezones), Fernando Ruiz Díaz, Herrlein y Macabre viven un período "rarísimo", como ellos aseguran. Tuvieron a Zeta Bosio y a Pichu Serniotti como bajistas invitados en Catupecu Machu, y vivieron momentos de sensibilidad extrema. Pero llegó la hora de comenzar una nueva etapa. La que quedó reflejada en la aparición de un nuevo disco, el doble Laberintos entre aristas y dialectos, y la incorporación al bajo de Sebastián Cáceres, técnico histórico del grupo.

Hoy, Catupecu Machu vuelve a viajar a tierras cuyanas, pero este no será justamente "el viaje del miedo", sino un nuevo viaje donde sus seguidores locales vuelvan a demostrarle el afecto que le tienen a la banda y a la cual le harán llegar "las buenas vibras" para que éstos las depositen en Gaby.

De esta manera, Catupecu vuelve a Mendoza y renovará sus votos con sus fieles, mañana a la medianoche, en el estadio El Santo. Pero antes de eso, recién llegado a la provincia y preparándose para presentarse en San Juan esta noche, Fernando visitó Diario UNO y se mostró muy feliz por el premio Gardel que recibieron el miércoles a la producción de su última placa. "Este premio es para Gaby. Se lo traje ya que está en esta provincia porque fue operado de su ojo izquierdo", reveló el músico.

–Otra vez por Mendoza, ya son como de la casa...
–Sí, sí. Nos encanta Mendoza. Junto con Córdoba es una de las provincias en las que más shows hemos dado.

–¿Cómo va a ser este show?
–Vamos a presentar temas del último disco y vamos a hacer un mix de todos. También vamos a tocar algunas reversiones que estamos haciendo. Cuando subimos a tocar nos gusta pasarla bien…

–Recibieron un premio Gardel. Hablame un poco de lo que significa para ustedes esta última producción…
–El premio siempre es la canción. Esto no es una competencia porque si tuviéramos que competir nos dedicaríamos al básquet o al vóley. Esto es un reconocimiento que queríamos tener porque lo queríamos para Gabriel. Él fue el productor de todos los discos y en éste decidimos asumir la responsabilidad con Harrlein y Macabre. A los Catupecu nos gusta asumir los desafíos y estar nominados por la producción nos sorprendió, y mucho más el haberlo ganado.

–Cada disco de Catupecu tiene una canción emblema. Viaje del miedo ya lo es de éste...
–Y fue como todas las canciones de Catupecu, una cosa que salió en el momento sin saber uno qué va a pasar después y, la verdad, que se convirtió un poco en eso. De hecho estamos encarando los recitales con Viaje del miedo y lo que pasa con el público nos sorprende porque es muy introspectiva esa canción...

–Y habla mucho de esta etapa que están viviendo...
–Sí, totalmente. Como decía Borges, las obras de los autores siempre terminan siendo autobiográficas. Creo que lo importante del arte es que el artista es un traductor de sensaciones y situaciones. Ésta es la etapa más fuerte de Catupecu, que hayamos transmutado esta situación en música, es increíble.

Gaby Ruiz Díaz en Mendoza
–¿Cómo está Gaby?
–Bien, bien. Ahora estuvo acá, se vino a operar en Zaldívar. Su recuperación es lenta, pero va a paso firme. Su estado espiritual es muy bueno, está siempre contento. Ésta es la primera operación que le hacen en el ojo izquierdo y el resultado fue muy bueno. La vida nos dio pelea y nosotros peleamos más fuerte (risas).

–¿Este accidente les cambió el concepto que tenían de la vida, tanto a vos como a tu hermano?
–Nosotros siempre fuimos gente que disfrutó la vida y que respetamos lo que hay que respetar para vivir la vida. No es que nos tenía que pasar esto para que entendamos qué es el amor, la vida, la amistad… Lo que sí me pasó es que sufrí mucho. No pensé que uno en la vida puede sufrir tantas cosas. Imaginate la relación que yo tengo con Gabriel. Entonces vivir esto es rarísimo.

–¿Qué es hoy Catupecu?
–Catupecu siempre fue un concepto, siempre fue una idea y esa idea es mucho más fuerte que nuestras personalidades. Nosotros hacemos música por la música en sí misma. Que después eso nos dé de comer y nos permita vivir buenos momentos, es otra cosa. Por eso creo que muchas letras de Catupecu anteriores al accidente que si las leés ahora parecen escritas para la ocasión. Uno a veces se tiene que elevar a los conceptos que tiene y así llegás a descifrar los laberintos raros que tiene la naturaleza y las decisiones que tiene el universo.

–Para cerrar, hablame de la incorporación de Sebastián Cáceres…
–Seba fue durante mucho tiempo mi asistente. Tres años antes del accidente se fue de Catupecu a trabajar con Charly García y Los Pericos. Seba es un gran amigo y volvió a trabajar con nosotros unos meses antes del accidente. Un día nos dimos cuenta de que teníamos que hacer un disco los tres solos. Yo dije que iba a tocar el bajo. Sabíamos que Zeta volvía con Soda; Pichu todavía estaba en Cabezones y nos dimos cuenta de que Seba tenía que ser el bajista. Seba es un Catupecu; vivió toda la historia de la banda y no había que explicarle nada.

–Y Gaby , ¿qué dijo sobre esta decisión?
–Lo que pasa es que Gaby entiende todo, nos da abrazos, besos. Nos contesta con la cabeza "sí" y "no", pero… (hace una pausa). Está hablando de a poquito. A Gabriel cuando le conté, le dije: “Che, pasó esto, qué te parece”. Y me contestó con la cabeza que sí. Lo queremos muchísimo a Sebastián, es un Catupecu y vive las cosas como las vivimos nosotros.


jueves, marzo 27, 2008

La mendocina de Lalola


“Dios está en todas partes, pero atiende en Buenos Aires”, afirma el dicho. Pero, al parecer, a los artistas mendocinos no les ha ido mal en la atención. Es que últimamente es muy común ver a nuestros coterráneos en tira televisivas nacionales de mucho éxito. Ejemplo de ello son Sabrina Rojas (Por amor a vos, de Canal 13), Agustina Córdova (Aquí no hay quién viva, de Telefé) o Julieta Dora, quien actuó en ambas series.
A estas bellezas locales se suma ahora otra, pero un poco más joven: Melisa Furtado Ambrosi, quien con sólo 9 años es parte del elenco de la serie de mayor rating del verano, Lalola (se puede ver, de lunes a viernes a las 22, por América).
La pequeña Melisa vivía en Mendoza hasta julio del año pasado. En una visita a Buenos Aires, fue descubierta en un café porteño por Alejandro Corniola, gerente general de la productora de Sebastián Ortega (Underground). “Fuimos a Buenos Aires a visitar a mi hermano Martín, que juega en la séptima de Boca Juniors, y ahí Alejandro me preguntó si me gustaría actuar en televisión. Le contesté que sí, que era el sueño de mi vida, entonces me tiré al piso y me hice la desmayada para que viera que puedo actuar. A él le encantó”, recuerda la niña.
De esta manera, hace poco menos de un año, la familia Furtado Ambrosi decidió instalarse en la capital argentina para apoyar y estar cerca de sus hijos. “Muchos nos dijeron que era una locura irnos a Buenos Aires y empezar de cero. Pero nosotros somo muy unidos y queremos que nuestros hijos cumplan sus sueños”, dice Mariela, la mama de la dulce y carismática Melisa.

Una de 200
Para ser parte del elenco de Lalola, la pequeña mendocina tuvo que realizar un casting junto a otras 200 niñas. “Éramos un montón de nenas, pero finalmente quedé yo. Me encanta actuar y no tengo ningún problema para estudiar mis textos. Además, a veces les agrego algunas palabritas mías. Para colmo nunca fui a teatro ni nada. Algunas veces salí en algunos actos escolares, pero nada más”, cuenta en tono pícaro la “actora”, mote preferido por Melisa para definir lo que hace.
“Mi personaje en Lalola se llama Lara y es la amiga de la hija de Luciano Castro. Voy una vez por semana a grabar todas las escenas que a mí me tocan y después me quedo a ver cómo graban los demás. Así conocí a Laura (Esquivel), quien hace de Patito Feo y que graba en un estudio al lado del nuestro. Es rebuena Laura. Me he sacado un montón de fotos con ella”, cuenta la niña mendocina.
La participación en la tira de Sebastián Ortega le permitió a Melisa ser parte del elenco de actores que Underground posee. Además, tiene posibilidades de participar en El exitoso señor Pells, en donde el protagónico recae en otro mendocino: Mike Amigorena.
“Cuando termine con Lalola voy a empezar a estudiar teatro, porque Sebastián dice que hay que estudiar. Por supuesto que me voy a quedar a vivir en Buenos Aires, a pesar de extrañar todo lo que tengo en Mendoza. Pero todo es por mi futuro”, dice con firmeza Melisa, quien confiesa que cuando sea grande quiere ser actriz y veterinaria.
“Quiero ser actriz como Carla Peterson, quien es una actora (sic) divina. Me fascina, es rebuena onda, al igual que Luciano”, remata la pequeña.

Pequeña actriz en Buenos Aires
  • Su nombre completo es Melisa Paula Fustado Ambrosi y tiene 9 años.
  • En Mendoza vivía en la Sexta Sección de Ciudad e iba a la escuela Vergara.
  • En Buenos Aires vive en Ramos Mejías y estudia en la escuela Nº 1 de Liniers.


Foto de Diego Anguita

martes, marzo 25, 2008

"Quiero ser una chica Pol - K"


El año pasado fue para la actriz mendocina Patricia Calisaya un año marcado por la suerte y la desgracia. Como todo artista, su sueño de triunfar en Buenos Aires comenzó a tomar forma en 2007, pero también tuvo que enfrentar la muerte de su padre, Teodoro, quien falleció luego de recibir una golpiza tras una pelea de tránsito en Tunuyán. “Había planeado instalarme definitivamente en la Capital Federal, pero la muerte de mi papá hizo que me quedara hasta dejar cerrada la causa penal. De todas maneras, estoy muy contenta por lo que estoy viviendo a nivel laboral”, confesó Patricia, quien ha grabado su primer coprotagónico para una serie que se emitirá por Discovery Channel y, además, tiene una participación en la cinta Sangre del Pacífico, dirigida por Boy Olmi y con la actuación de China Zorrilla.
La peregrinación a la capital argentina de la actriz nacida en Tunuyán comenzó en 2005, cuando comenzó a presentarse a diferentes castings y a vender su imagen como la de “mujer latina”.
“Es muy difícil poder formar parte de un casting porteño, porque son pruebas para las que no se hacen convocatorias abiertas y sólo te enterás si tenés contactos. Pero la peleé hasta que logré entrar en ese circuito”, contó la mujer, quien recibió un Premio Escenario por la obra Las visitas.
Tantas idas y vueltas, tantas pruebas y tantas lecciones de castellano neutro dieron su fruto. “Entre enero y abril de 2006 formé parte de la obra Loco posee la fórmula de la felicidad. Allí interpretaba a una madama de un cabaret que hace debutar sexualmente al personaje de Esteban Mellino –rememora Patricia y continúa–; ésta fue la llave que me permitió ingresar a un sinfín de castings”.
Pero para que un actor argentino pueda ser parte de una tira, serie, novela o película latinoamericana, debe hablar castellano neutro. Por ello, Calisaya decidió hacer el curso que dicta Ricardo Martínez Puente, la famosa voz de la señal de cable HBO, y también estudiar acento neutro mexicano con Néstor Zacco.
“Aunque no parezca, es muy importante manejar el neutro. Eso me permitió tener un personaje en la versión mexicana de Amor mío, donde interpreté a la depiladora de Vanesa Durán”, agregó.

El sueño de la chica Pol-ka
El deseo de muchas actrices españolas es llegar a convertirse en una “chica Almodóvar”; el anhelo de muchas argentinas es ser una “chica Pol-ka”. Eso no escapa a los deseos de Patricia Calisaya.
“Hice un casting para una ficción que la productora va a lanzar este año”, narró con lo dientes apretados la actriz mendocina y no se atrevió a contar más por cábala.

El cine, la TV y el videoclip
Calisaya se ha desplazado por todos los terrenos de la actuación: el teatro, el cine, la televisión y también los clips musicales. Y todo le gusta por igual, aunque confesó que participar en un video “es otra frecuencia”.
A la mendocina se la puede ver en el video En la mía, de Dante Spinetta. Allí trabajó bajo la dirección de Iván Vaccaro y encarna a una mujer mafiosa. Y en poco tiempo también se la podrá ver en la pantalla grande, ya que participará en Sangre del Pacífico, una cinta rodada bajo la dirección del actor Boy Olmi.
“Boy es un divino, en el casting se sentó conmigo y me pidió que jugáramos con el texto... Cuando llegué a rodar mi parte, en San Luis, me dijo: ‘Yo soy actor y me pongo del lado de los actores, quiero que disfrutes de este día y no te preocupés por agradarme porque ya te elegí’. Lo que fue un alivio para mí, porque ningún director hace eso”, contó Patricia, que en la película encarna a una paraguaya humilde que trabaja en la Argentina para enviarle dinero a su familia, que vive en su país natal.

El primer coprotagónico
Por otro lado, la actriz ya grabó su primer coprotagónico para Discovery Channel. Este canal emitirá una serie de unitarios denominada Huellas latentes, en la que historias reales son llevadas a la ficción.
Los diez capítulos son filmados en este país por Cuatro Cabezas, la productora de Mario Pergolini, y todos los actores que participan son mexicanos y colombianos, menos Calisaya.
“El capítulo en el que participo se denomina Habitación 110 y cuenta la historia de una mexicana llamada Cintia que es asesinada a golpes por su marido (interpretado por el mexicano Gabriel González), quien también mata a su hijo de un año y medio. Éste es mi primer coprotagónico y estoy muy contenta de haberlo hecho, aunque todavía no tiene fecha de salida al aire”, remató la actriz oriunda de Tunuyán.

lunes, marzo 24, 2008

El bautismo del rock


Aunque parezca sencillo elegirlo, para los músicos no es tarea fácil. Dicen que es casi tan difícil como elegir uno para un hijo y hay quienes han asegurado que prefieren crear una canción antes que tener que nombrar a su agrupación. Los mendocinos no escapan a este padecer. Es el caso del violinista Víctor Silione, quien reconoció que nunca pudo decidirse por un nombre para un grupo: “Un ejemplo claro es el de la banda que tocó en la Vendimia. Nunca le pudimos poner un nombre. Es más, una de las tareas fue que cada integrante llevara una propuesta, pero no llegamos a conciliar”, contó el artista, que fue uno de los 14 músicos que tocaron en la banda en vivo de Nacida del río y de la tierra.
Hay algunos que han estado meses para encontrar una denominación y otros que se han visto bajo la presión de tener que presentarse en público y decidirse por el primer nombre que se les ocurrió. “Lo peor que le puede pasar a un músico es tener que buscar denominar a su banda. Nosotros teníamos que presentarnos a tocar y nos vimos envueltos en este lío. De repente surgió Bokanegra y nos gustó –rememoró Raúl Aguilera, vocalista y guitarrista del grupo que hace tributo a Soda Stereo–. Un día entrevistaron a Cerati y le preguntaron por nosotros, y él dijo que fuimos visionarios porque Bokanegra era como la unión de Final, caja negra y Bocanada”.
Resaltar la identidad
Muchas agrupaciones locales se han volcado por motes que resalten, ya sea por referencia o por modismos del habla, el lugar de donde provienen. Es el caso de Vieja Cepa, Alvear Oeste, Parió la Choca, Mate Amargo, Pucha Che, Zonda Projeckt y Chancho Va. “Al principio el nombre nos pareció delirante y después entendimos que hacía hincapié en nuestra idiosincrasia”, confesó PP Cambría, líder de Parió la Choca.
Números y letras
También es común la idea de buscar siglas o números. Para el primer caso tenemos un referente muy conocido: Attaque 77, al que le siguen otros como 2 Minutos, La 25, 7 Delfines y los mendocinos de D7.
La otra alternativa son las siglas. En el rock nacional de los ’80 hay un pionero en esto: GIT. Más adelante se le fueron sumando ANIMAL y MOEBIUS, entre otros. En Mendoza, está ADN. que es una banda de punk de Godoy Cruz y las siglas significan “Anti Demócratas Nacionales”. También están los metaleros lasherinos de AIMPAP, que significa “Ángeles Impuros Muertos por la Amistad Perra”.
Aflora, la ficción
La vegetación rockera es muy tupida en los nombres, y así aparecen Palo Borracho, Racimo, La Mejor Flor, La Cofradía de la Flor Solar, El Cogoyo y Orquídea.
Una alternativa poco convencional es hacer hincapié en la ficción, sea ésta literaria, cinematográfica o televisiva, y también en los autores o actores de obras famosas. Dos ejemplos claros a nivel nacional son Los Gardelitos y Cuentos Borgeanos. Aquí tenemos a Moby Dick, Bela Lugosi, Don Jonson, Y Edward Platt como el Jefe, Lecter, Walter Gropius, Rondamón, Fausto, Hombres de Negro, Lucha Libre & los William Boo, entre otros.
Los que casi nunca consiguen escapar de este tipo de referencias son las bandas tributo, cuyos nombres siempre aluden a los artistas a quienes homenajean y sus creaciones más célebres. Es el caso de Kravitz Band, Eclipse, Sueños Líquidos, Yes Spirit, Tormenta de Verano, Barbazul, Satisfaction, Blackbird y Glass Onion.
La inventiva es generosa a la hora de darles entidad a nombres de personas ilusorias. Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Actitud María Marta o los locales Pedro el Ermitaño y John Bow son muestra de ello.
A la fauna con cariño
La fauna y los insectos en el rock nacional y provincial son de lo más abundantes.
Hay desde animales domésticos como Los Gatos, Bulldog, Los Pericos, Peligrosos Gorriones y Pez hasta algunos más inferiores como Los Piojos.
En nuestra provincia aparecen Hormigas Negras, Tres Gatos, Gato Mecánico, Los Sciervos (con su particular grafía), La Oveja Negra & los García, Las Vacas Sagradas, La Paloma en la Pared, Los Búfalos Mojados, Monos de Laboratorio, Cordero, Cerebro de Mono, Furia Taurina y Monos, entre otros. Y eso sin contar a los mismos músicos, como Canario Vilariño (Chancho Va) o Pollo Scaloni (Barahúndas).
Las cosas que andan por ahí
Los objetos inanimados que nos rodean de pronto pueden cobrar vida en el nombre de un grupo. Pueden ser tan simples como Suéter, Piedra, Tobogán, Volantines, Azufre, Arco, Brújula, Cruces Negras y La Bicicleta.
Y de esta clasificación se puede pasar fácilmente a otras que hacen referencia a automóviles: R12, Laforá, Los 3CV, The Deloreans y Tractor.
La influencia extranjera
Algunos nombres apelan a culturas extranjeras, aunque las mismas bandas no tengan mucho que ver con ellas. De esta manera, encontramos Zona Ganjah, Set Sarajevo, Russia, London Inspection, Tuelf o Lava Tutto. Contrariamente, otros prefieren hacer una parodia de ellas como es el caso de Levingston Colmenares, Los Silver Mangiacazzi o Don Güorry.
El, rock, el punk y el hardcore, siguiendo las reglas de las bandas de Buenos Aires, rompen las barreras del idioma y se adueñan del inglés: Shepper, Sk8 (Skate), Glow, Heimlose, Mystical Machine y otras.
Otro recurso que se anima a romper las reglas de la lengua castellana es el uso de la letra “K” por la “C”: Karamelo Santo, Tu Kalavera, La Koima, Deaká, La Skandalosa Tripulación del Capitán Joe y Un Kuartito.
El rock y el pop, como toda persona, también puede llevar un nombre que haga referencia a lo bíblico o religioso: Abenader, Nephelin, Santos Anónimos, Cruces Negras, Infierno Épico o Arcángel son algunos de los grupos mendocinos que eligieron esta vertiente.
Dentro de algunas de las categorías podemos ver las que hacen referencia a los géneros musicales que interpretan o a nombres de canciones como Cambalache, Altertango, Échale Jazz, 2 Bajo 0 Jazz Cuyano, Don Giovanni, La Milonguita y Rapsodiapunk.

¿Y por qué llamarse así?
Los Enanitos Verdes: Corría el año 1979 y una familia de turistas que visitaba Puente del Inca se toma una fotografía. Al revelarla aparecen a un lado de dicha familia unos enanitos verdes en ronda. Al momento de sacar la fotografía obviamente no los vio nadie, pero luego del revelado allí estaban. Este hecho tuvo una trascendencia pública muy notoria y figuró en los periódicos locales. Inclusive dicen algunos que llegó la fotografía hasta la NASA para comprobar su autenticidad. Leyenda o realidad, un amigo nuestro que era periodista de una revista bautizó a nuestro novato grupo con el nombre de Los Enanitos Verdes de Puente del Inca y así apareció en la primera crónica nuestra. Después nos quedamos con la mitad del nombre: Los Enanitos Verdes, pero bien podríamos habernos llamado Puente del Inca...”. Felipe Staiti (guitarrista).
Lîla: A la hora de explicar por qué la banda eligió ese nombre, sus integrantes argumentan: “Cuando uno forma una banda tiene que tener conceptos en común con los integrantes hasta para elegir el nombre. En la búsqueda de él surgió Lîla y nos gustó porque es fuerte. Es el nombre de una mujer, de un color y de una flor. Pero, además, con el acento circunflejo se transforma en una palabra de la filosofía hindú que significa ‘juego creativo’, y dentro de este concepto quisimos encuadrarnos, ya que hacemos lo que hacemos porque nos gusta y nosotros somos quienes creamos nuestras propias canciones”.
Chancho Va:
Siempre nos gustaron los nombres con referencias locales. Antes de esta banda tuve una que se llamó Divino Futre. Chancho Va tiene que ver, por un lado, con el juego de cartas que es muy popular en nuestra provincia. Además, hace poco nos enteramos de que una banda alemana se puso el mismo nombre luego de pasar por Chile y Mendoza, donde le enseñaron a jugar este juego”. Canario Vilariño (voz y guitarra).
Tres Gatos:Cuando comenzamos a juntarnos para crear las canciones éramos como seis. Luego algunos abandonaron el proyecto, hasta que un día dijimos: ‘Quedamos tres gatos locos’, y de ahí el nombre”. Fito Caroff (voz y guitarra).
La vaina de Shuan: Teodoro Schwann fue un fisiólogo y anatomista alemán que investigó las fermentaciones y la vaina de las fibras nerviosas en el siglo XIX. Seguramente por aquellos años, este científico jamás se hubiese imaginado que una banda de rock mendocina iba a utilizar el nombre de uno de sus descubrimientos para hacer conocer su arte. Claro, que los músicos locales eligieron usar la fonética de su apellido para que les sea más fácil ser reconocidos por estos pagos. De esta manera, hace tres años surge La Vaina de Shuan, un cuarteto formado por ex integrantes de La Jarillera, Perdón Nelson y Hora Cero.
Abenader: Es el nombre de un soldado romano que en la época de Jesús que según la Biblia demostró piedad por él y por ello es que decidí nombrar así a mi banda". Matías Torres (voz y percusión).
Umea: Es una ciudad de Suecia donde se escucha mucho el metal. Además, nos gustó el hecho de que se escribiera en sueco y se pronunciara como se escribe". Jorge Gallego (batería).
Barbazul: Surgió por un homenaje a Los Redondos. Es el primer tema del primer disco (Gulp!) de ellos. En realidad la canción se llama Barbazul versus el amor letal y nosotros nos quedamos con la primera palabra". Ricardo Dimaría (voz y bajo).
Don Giovanni: Sus integrantes son estudiantes de la Escuela de Música de la UNCuyo y buscan vincular en escena la música con las artes plásticas y visuales. Se llaman así por la ópera de Mozart.
Échale Jazz: "surgió luego de una tormenta de idea. Es como que encierra el concepto de la banda ya que lo nuestro es latin jazz". Marcelo Páez (batería).
Levingston Colmenares: "creemos que encierra perfectamente el concepto de la banda, ya que hacemos música muy divertida como la salsa. La idea era parodiar el hecho de ponerse un nombre yanki con un apellido latino". Sebastián nárvaez (guitarra).
Tuelf (ex Cazanalagas): Durante 12 años Iván Garbuio, Marcelo Sisso, Daniel Agapito, Federico Támola y Pablo Agapito fueron conocidos como los Cazanalgas pero un día esta formación decidió seguir escribiendo su historia musical bajo el nombre de Tuelf (que es la fonética de Twelve). Támola explicó que estuvieron más de un año en la búsqueda de un nuevo nombre. "Sinceramente, Cazanalgas no tenía nada que ver con la música que hacemos, por lo que necesitábamos un nombre que se identificara más con lo que hacemos. Imaginate, tocamos pop británico, cantamos en inglés y nos llamamos Cazanalgas: no tenía nada que ver. Además, con este cambio es como que cerramos una etapa", dijo el bajista. Los Cazanalgas se formaron en el año '93, de la mano de los hermanos Agapito y el éste nombre se lo deben a la pianista Elbi Olalla, según cuenta Daniel: "Nos bautizó así porque había visto una película muy divertida y atrevida, cuyos personajes le recordaban a los integrantes de la banda".
Buen Viaje: "la idea era hacer alusión a un pensamiento o deseo positivo. Además, un buen viaje con buena música, es lo ideal. Por otro lado, esta expresión puede tener muchos significado, pero siempre relacionados con las buenas energías. Después de un año de tirar idea nos decidimos por éste.". Ramiro Ortiz (guitarra).
Los Cuatro Lados del Círculos: "es una banda que integramos con Raúl Zamarián, Pablo Quiroga y Fito Caroff. El nombre era una de las opciones que tuvieron en mente The Beatles". Javier Lombardo (bajo).

¿El nombre es lo más valioso de una banda? Para muchos lo importante es la música, más allá de cualquier otro asunto. Si bien la curiosidad por el nombre despierta cierto interés, todos desean trascender pura y exclusivamente por su arte.

miércoles, marzo 12, 2008

El mejor recital de Karamelo Santo en estas tierras


Karamelo Santo le puso punto final a la edición 2008 de la Fiesta Nacional de la Vendimia, el lunes pasada la medianoche, convirtiendo al Frank Romero Day en un jolgorio, y a la vez homenajeó a distintos artistas mendocinos.

Una vez finalizada la segunda repetición del Acto Central comenzó el concierto del juglar mendocino Jorge Marziali, quien lleva varios años radicado en Buenos Aires. Si bien la mayor parte del público estaba compuesto por jóvenes seguidores de la banda que lidera Goy Ogalde, las más de 17 mil almas escucharon con absoluto respeto a Marziali, quien realizó un set de temas folclóricos. Allí sonaron Mi madre fue una tonada e Hilario viejo lindo, entre otros.

Inmediatamente finalizado el concierto de Marziali, aparecieron en el escenario del Teatro Griego los integrantes de Karamelo Santo, quienes se presentaron con un video clip que alternaba imágenes de vendimiadores con otras de Los Trovadores de Cuyo, Antonio Tormo, Markama y Enanitos Verdes, hasta llegar a las de la propia banda, que lleva más de una década viviendo en el barrio porteño de La Boca. Mientras las imágenes aparecían unas tras otras en las pantallas sonaba Cuyana esencia, de Félix Dardo Palorma. Y es que si hay algo que la banda que lidera Ogalde siempre ha querido rescatar y exportar al mundo es justamente “la esencia cuyana”.

Con Agüita, primer tema del set de Karamelo, el Frank Romero Day se convirtió en una verdadera fiesta. La fuente de agua que fue parte de la escenografía del Acto Central se vio invadida por jóvenes que prefirieron bailar allí, a pesar del frío.

Luego, Ogalde aclaró que su recital estaba dedicado a todos los artistas mendocinos, “desde los que escriben poemas hasta los que actúan, pintan, bailan y hacen música. A todos, trasciendan o no”, dijo el músico mientras una fina lluvia caía sobre el lugar.

Esta dedicatoria incluyó al padre Jorge Contreras y a Valdo Delgado y Eduardo Pinto, los integrantes de Miles de Años que fallecieron en un accidente vial en Uruguay, el 7 de enero. Para ellos hubo un tributo especial con el tema Vivo en una isla. De esta manera, mientras la banda interpretaba “Levanta tu alma/ Levanta mi alma/Hazme llorar” se proyectaban fotografías de Delgado y Pinto.

Entre los invitados de lujo con que contó Karamelo en el escenario se contaron Javier Segura (con quien interpretaron La piedra en el agua) y la gran sorpresa: Los Trovadores de Cuyo. “Estamos muy felices de estar acá y nos sacamos el sombrero ante nuestros próximos invitados. Ellos les van a enseñar de dónde viene nuestra música”, dijo Ogalde y se retiró con toda su banda de escena dejándoles espacio a los legendarios folcloristas, quienes interpretaron clásicos como Los 60 granaderos, El jarillero y Virgen de la Carrodilla. En ésta apareció Goy ataviado de gaucho y luego se unió el resto de la banda para realizar, las dos agrupaciones, la versión original de la canción.

Karamelo resistió hasta las últimas consecuencias la intensa lluvia, brindándoles a sus coterráneos el mejor recital que la banda ha realizado en sus pagos.

La foto pertenece a Maximiliano Ríos, fotógrafo de Diario UNO.

La época del "no libreto" *


Uno no puede dejar de comparar. En mi caso, los espectáculos de años anteriores son referencias de cuánto se avanza o se atrasa, se innova o se preserva, al momento de plantear el capítulo más importante de la Fiesta de la Vendimia.

Desde ese balcón, y sin poder olvidar el show de 2007 (el mejor que he visto), el de esta edición fue el del “no libreto”. Demostró que el texto dramático se ha reducido a glosas para plantear uno o dos conceptos fuerza, a partir de lo cual un director y su staff desarrollan toda una puesta. En este sentido, Alejandro Conte cumplió con eso de “nacida del río y de la tierra”, traduciéndolo a lo visual, que en su caso fue lo netamente coreográfico.

Conte viene del teatro. Atento a ello logró una puesta equilibrada, prolija, donde la coreografía fue su apuesta fuerte. Pero, salvo contados momentos, tanto equilibrio tuvo pocas sorpresas. Puedo destacar el tango bailado en la fuente del Teatro Griego (recalco: no es un anfiteatro) y, a medias, la aparición de Mercedes Sosa, ya que le faltó el apoyo del video para que con primeros planos los miles de espectadores pudieran ver que se trataba de la única e irremplazable Negra.

Conte también demostró que la innovación se consigue mirando hacia atrás: reutilizando lo que precursores ya usaron con éxito. Me refiero a la música en vivo: el ensamble de 12 músicos capaces de interpretar más de 20 instrumentos le dio otro sabor a la puesta. Impecable desde las composiciones y la interpretación, ayudó a que la presencia viva de los bailarines se viera más viva, con más carnadura, que latiera. Eso sí: Rafael Rodríguez, con su lectura off en vivo de los textos causó más risa que respeto.

El vestuario fue otro punto alto. Supo combinar colorido con uniformidad y evitó caer en el ridículo en que fondearon atuendos de estudiantina creados para fiestas anteriores (salvo la del año pasado, por supuesto). La iluminación, como siempre, fue efectiva, salvo algunos baches de oscuridad que son achacables a la puesta y no a lo técnico.

En síntesis: Nacida del río y de la tierra, (al menos para mí) sólo será recordada por ese volver a la música en vivo, algo que deberán superar los próximos directores. Y también para hacer que los libretistas venideros piensen en qué modo sus versos tengan más peso para que lo visual no se coma la poética. Esa poesía que puede contribuir a que las más de 20 mil almas vibren frente a un show integral y no efectivo en partes sobre el escenario del Teatro Griego (insisto: no es un anfiteatro).

Por Fabián Sevilla, publicada en la edición del lunes 10 de marzo de Diario UNO.