viernes, enero 02, 2009

Los Enanitos Verdes recibieron su primer premio en Mendoza


El jueves 18 de diciembre, en la entrega de los Premios Escenario, que se realizó en el teatro Independencia el grupo rock Los Enanitos Verdes se quedó con el máximo galardón: el Escenario de Oro.

Por amor al arte dialogó profundamente con Daniel Piccolo, baterista de la banda que se completa con Felipe Staiti y Marciano Cantero, quien hizo un repaso por los 30 años de carrera musical.

–Después de tres décadas de trayectoria éste es el primer premio que reciben en Mendoza...

–En el ’89 decidimos parar por diferentes motivos y arrancamos dos años más tarde y, hasta el ’97 no vinimos a tocar hasta que volvimos al Rex. Fue emocionante para nosotros y el público, que no nos dejaba bajar del escenario y hasta se quedaron cantando solos cuando ya no sabíamos que más tocar. Inclusive la última vez tuvimos que hacer dos funciones. Luego vino la repetición de la Vendimia en donde recibimos un reconocimiento de Turismo y Cultura. Y este año colmamos el Bustelo y quedó mucha gente afuera. En realidad, esos nueve años sin venir se dieron más por la falta de un productor interesado por el grupo que por la gente, y con esto quiero decir que no sentimos falta de reconocimiento de parte del público que nos sigue y nos escucha. Con respecto a los premios, no sé por qué razón los que se encargan de otorgar distinciones nunca nos tuvieron en cuenta. Pero eso jamás nos quitó el sueño. Nuestra relación con el público siempre fue buena, aunque sí tengo que reconocer que a medida que pasaron los años se hizo más intensa.

–Muchos artistas, el jueves en el teatro, decían que el Oro nunca estuvo mejor merecido y rescataban de ustedes el “haberla remado siempre”. ¿Les costó mucho hacerse de un lugar en la historia del rock nacional al ser una banda del interior?
–Yo creo que la gente que recibió el Oro antes que nosotros también lo mereció y hay muchos artistas que lo merecen tanto o más que nosotros, pero esta vez nos tocó y nos dio mucha alegría. En el ’83 empezamos a picotear en Buenos Aires y sirvió para que en el ’84 al organizador del festival de La Falda le sonara el nombre del grupo y aceptara nuestro pedido de tocar ahí. Fuimos el grupo revelación del festival y quedó demostrado que una banda del interior podía sonar como una de “allá”. Ahí empezó todo y más allá de que nuestro primer disco no fue un éxito, no bajamos los brazos hasta que llegó Contrarreloj en el ’86. “Nadie te va a ir a buscar a Mendoza”, nos decía un productor y nosotros fuimos cabezones e insistimos en la Capital hasta que pasó el tren de la oportunidad y ahí estábamos, paraditos en la estación y nos tiramos de cabeza. Nos cansamos de girar por el país, después vino el boom en el exterior... Quizá el hecho de que la prensa especializada porteña no se copara con el grupo es que parezca que no somos reconocidos en Argentina. Era como un castigo por ser mendocinos y exitosos, y aparte salir casi semanalmente en lo de Tinelli. Quizá eso haya contribuido a que aún nos cueste formar parte de la historia del rock nacional. Somos una banda de rock y si hubiera un manual con las condiciones para serlo te digo que cumplimos con todas.

–¿Qué significa este premio para ustedes y qué te parece que un medio reconozca la labor de los hacedores de cultura?
–Traté de simplificarlo en lo que dije en el teatro. Ahora que puedo extenderme un poco te cuento que en lo personal trabajé mucho tiempo como sonidista, cuando entraron los primeros equipos a Mendoza. Ahí tuve la oportunidad de trabajar con gente muy talentosa y de distintos géneros musicales. Y ver que parte de esos nombres están en el jurado que decidió darnos el Oro me emocionó. Son unos tipos de un talento inagotable. Aparte de todo, es un premio otorgado por gente que trabaja gratis, sin ningún tipo de presión de las discográficas o productoras que influyen a la hora de elegir. Son artistas que aman su trabajo y, como nosotros, empezaron de muy abajo sin tranzar una nota, una palabra, una pincelada, una pirueta de garaje, como decimos en el rubro.

Fanático de Ernesto Suárez
– El jueves, en tu discurso decías que con tantos viajes no estabas tan al tanto de los artistas emergentes de la provincia. De todas maneras, cuando estás en Mendoza solés ir a recitales. ¿A quiénes has ido a ver últimamente?
– No, la verdad que cuando estoy en Mendoza trato de desenchufarme de los shows. He ido cuando me han invitado pero es muy poco lo que salgo. Me gusta estar lo que más puedo con mis hijos y con un par de proyectos extramusicales. Lo que sí no me pierdo son las obras de Ernesto Suárez, es un capo. Definitivamente me gustaría mucho conocer más de la movida en mi provincia porque sé que es muy grossa. Es una deuda.


“Nunca fuimos muy acosados”
–Desde hace un tiempo nuestra provincia se ha convertido en un punto elegido por artistas de otras partes del país y del mundo, como por ejemplo Gustavo Santaolalla. Vos que viajás por el mundo, cuando decís que sos mendocino, ¿qué te dicen sobre estos pagos?
–La verdad que no escucho que se hable de Mendoza, aunque a los periodistas extranjeros les encanta recalcar que somos una banda mendocina. Te digo inclusive que ni saben que acá se hace tan buen vino aunque de a poco van apareciendo en las estanterías algunas marcas y los vas convenciendo. Recuerdo en las primeras giras por los países más alejados del sur que nos preguntaban si Buenos Aires era la capital de Brasil, o si Argentina estaba en Europa.

–¿Qué significa Mendoza para ustedes, hoy? ¿Es el único lugar donde sienten que pueden vivir sin el acoso del público?
–En realidad nunca fuimos un grupo muy acosado, salvo en los ’80. Claro que cuando te reconocen sacan los celulares o cámaras de foto. Quizá donde no podés salir a caminar son en las ciudades del interior de algunos países ya que son poco visitadas por artistas internacionales y quieren algún recuerdo. Los mendocinos nos sentimos cholulos al hacer ese tipo de cosas. Las veces que me paran en la calle para una foto o simplemente para saludarme son chilenos o de otras provincias. Pero mejor, me encanta poder caminarla a Mendoza, me gusta el centro, amo el Parque y ni hablar de la montaña. Lástima la inseguridad, es un bajón.

–Contame qué tienen programado con la banda para el 2009 y si ya están trabajando en un nuevo disco...

–Sí, está el proyecto de un nuevo disco pero aún no tiene fecha segura. Vamos a empezar a trabajar juntos en eso, no podemos dejar pasar mucho el tiempo ya que los discos son los que motivan las giras. Y con respecto a shows se está armando algo para abril en Europa. Es todo lo que sé y no quiero preguntar mucho... (risas).

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